Tres proyectos, cuatro universidades y seis estudiantes son parte de la nueva generación de innovadores que buscan el James Dyson Award, un premio que tiene el propósito de inspirar e impulsar a estudiantes de ingeniería, diseño industrial a resolver un problema real a través de proyectos innovadores. En la quinta edición del premio en México, el proyecto ganador es ATL-59, un sistema de ahorro de agua diseñado para viviendas verticales en zonas urbanas creado por Brizeth García de la Universidad Nacional Autónoma de México e Iván López de la Universidad Autónoma Metropolitana, ambos egresados de Diseño Industrial. “Vemos que problemas como el que está viviendo Nuevo León cada vez serán más comunes y cercanos a nuestras comunidades, por lo que buscamos diseñar este producto basados en la posibilidad del día cero y con recursos que eviten una brecha entre los usuarios”, apuntó en entrevista García.
El prototipo tiene un sistema de tres componentes: un colector de lluvia que utiliza un filtro de tres capas, el cual hace que el agua se pueda utilizar para tirar de la cadena, regar las plantas o limpiar la casa o coche. El segundo es un sistema de ahorro en la ducha para evitar el desperdicio de agua fría mientras se alcanza la temperatura deseada, captándola con una superficie y redirigiéndola a un contenedor, mientras que el tercer elemento son los contenedores de ahorro para almacenar y transportar el agua recogida. Su diseño apilable tiene capacidad para 6 litros, la cantidad que se necesita para una descarga del inodoro. Por su parte, Iván Lopez asegura que uno de los mayores impulsos e inspiración lo tuvieron desde la academia, pues lograron conocer en qué consistía el premio y esperan tener con él más impulso en su proyecto. Otros de los ganadores son GUIBSA, un proyecto creado por Sara Mosqueda, Isabel Aguirre y Guie’banii López, estudiantes de Ingeniería en Innovación y Diseño en la Universidad Panamericana, quienes en la pandemia identificaron un problema social: los adultos mayores no tienen acceso a cuidadores formales.
“Un adulto de más de 70 años toma, en promedio, entre 9 y 11 pastillas diferentes en al menos tres momentos distintos del día, por lo que la organización es muy compleja. Durante la pandemia me di cuenta que esto también pasaba en casa y que abre una brecha social importante, donde en caso de no tener acceso a un cuidador, la familia es la que se encarga de esta labor” argumento Aguirre. Por ello diseñaron un organizador y dispensador automático de medicamentos capaz de conectarse a un asistente virtual, como Alexa, para dar soporte a cualquier adulto mayor y generar un archivo de ayuda para su cuidador. El otro proyecto que ganó fue Sunset, creado por Jordi Manríquez Albarrán, egresado de Ingeniería en Energía por la Universidad Politécnica de Aguascalientes y que busca reducir la merma de la Central de Abastos. De acuerdo con el Fideicomiso de la Central de Abasto, en 2020 se tiraron 32,725 toneladas de desechos, de los cuales 45% son orgánicos, como frutas y verduras, por ello es que Manríquez diseñó un deshidratador de alimentos de radiación indirecta con sistema de almacenamiento térmico. Su objetivo principal es prolongar la vida útil de los alimentos reduciendo así el desperdicio de comida y facilitando su empaque, transporte y almacenamiento. El proyecto ganador de esta primera fase fue ATL-59 y obtendrá 137,000 pesos, mientras que GUIBSA y Sunset tendrán apoyo en la difusión de sus proyectos. Además de que pasaron a la siguiente fase del concurso global.
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