If things continue as they are now, and a whole series of circumstances are met, in the year 2050 the population of Ukraine could be reduced to 25 million people. To contextualize the figure: at the beginning of 2020, before the invasion by Russia, Ukraine had 42 million inhabitants.
The forecast, made public a few days ago and reported by Ukrainian media such as the TSN news channel, comes from Institute of Demography and Social Research. A center belonging to the Department of Economics of the National Academy of Sciences of Ukrainewhich is dedicated to the study of the socioeconomic dynamics of the country.
Emigration, mortality and birth crisis
Such a drop in inhabitants would respond to three trends.
Firstly, the number of Ukrainians who have left the country because of the war – about 6 million in total – and whose descendants, if they end up putting down roots outside, will have another nationality. This trend also takes into account the approximately 3 million Ukrainians who live in occupied territories that will be definitively annexed to Russia if they are not liberated in one way or another.
Secondly, the very low birth rate that the country is experiencing. And last year the lowest number of births was recorded since Ukraine became an independent nation: only 187,000 babies arrived in the world compared to the 309,000 babies born in 2019 and compared to the 520,000 babies born in 2012, according to data provided by the Ministry of Justice.
The Institute of Demography and Social Research states that for the population not to decline, 210 births are required for every 100 women. That is to say: an average of two children per marriage (or single mother). However, There are currently fewer than 90 births per 100 women. The worst data – they say from the institution – recorded not only since independence but in the last three centuries.
El Gobierno de Volodímir Zelenski ha intentado revertir dicha deriva dejando fuera del proceso de enrolamiento obligatorio en las fuerzas armadas ucranianas a los varones menores de 27 años. El pasado mes de abril, empero, las exigencias del esfuerzo bélico obligaron a bajar esa edad hasta los 25 años y hay quien argumenta que debería reducirse todavía más. Hasta los 18 años de edad, concretamente.
En tercer lugar, se encontraría la mortalidad causada por la guerra. En el ranking global que mide un parámetro tan siniestro, Ucrania ocupa hoy día la primera posición. Por cada ucraniano que llega al mundo mueren tres.
No obstante, los combates en el frente y los bombardeos rusos no son los únicos factores que contribuyen a un número tan desproporcionado de muertes. También está el aumento de los problemas de salud, las adicciones y problemas mentales –como la depresión– que han desembocado en un incremento del número de suicidios. Una tendencia al alza sobre la que no hay números concretos, o si los hay no están publicados, pero de la que los expertos no albergan ninguna duda.
Después de la guerra
Lo acertado de la predicción demográfica dependerá, lógicamente, de cuándo y cómo termine la guerra. Si es que termina en algún momento y no se convierte en un conflicto de baja intensidad con picos de actividad, tal y como vaticina el coronel Hennadiy Kovalenko, director de Cooperación Internacional del Ministerio de Defensa y conocido entre sus hombres simplemente como “H”.
“Durante los próximos diez años viviremos alternando el alto el fuego con momentos de guerra activa”, señaló durante una conversación mantenida con periodistas de un pequeño grupo de medios europeos, entre ellos EL ESPAÑOL, hace unas semanas en Kiev. “Nuestro trabajo, desde el ejército, es intentar que esos períodos de paz y alto el fuego se prolonguen lo máximo posible reduciendo el número de enfrentamientos hasta que se alcance la victoria final”. Es decir: hasta que “la integridad territorial de Ucrania sea restablecida”.
Pero incluso logrando ese objetivo, dicen desde el Instituto de Demografía e Investigación Social, en el medio y largo plazo la vida de los ucranianos girará en torno a seis ciudades –Kiev, Leópolis, Odessa, Járkov, Dnipro y Donetsk– y habrá zonas del país –las regiones fronterizas con Rusia– donde habrá poca o ninguna vida.
La pregunta, en cualquier caso, es si llegado el momento muchos de los que se han marchado regresarán.
En opinión de Pavlo Kovtoniuk, ex viceministro de Sanidad ucraniano y una de las personas al frente del Ukrainian Healthcare Center, el retorno dependerá de si Ucrania puede brindar una perspectiva de autorrealización. Es la misma ecuación que aplica a quienes hoy, cuando están a punto de cumplirse tres años de guerra, están planteándose si quedarse o emigrar. “Necesitan ver cómo pueden hacer que este país funcione y que funcione mejor que antes”, explica Kovtoniuk.
Si se les da eso, sentencia, muchos se quedarán y otros tantos regresarán.
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