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Technical tie in Moldova’s EU membership referendum amid Russian interference

Technical tie in Moldova's EU membership referendum amid Russian interference

Supporters and opponents of Moldova’s entry into the European Union are technically tied after the scrutiny of 98.42% of the votes cast in a referendum constitutional boycotted by Russia, whom Chisinau accuses of resorting to all kinds of tricks to frustrate the consultation.

The support to Yeah turned the result around during the last hours after the Moldovan president, Maia Sandu, reported last night fraud in a clear accusation of groups close to Russia.

“We have evidence and information that a criminal group intended to buy 300,000 votes. This is an unprecedented fraud whose objective is to compromise democracy. Their objective is to sow fear and panic in society,” said Sandu.

The ‘yes’ wins by 2,300 votes

The referendum is practically tied, registering a 50.08% in favor and a 49.92% against, according to preliminary data at 98.42% of the scrutiny.

The difference between the Yeah and the No to the question “Do you support the amendment of the Constitution with a view to the accession of the Republic of Moldova to the European Union?” is located in less than 2,300 votes, As indicated on the website of the Central Electoral Commission, although the counting continues at this time and the difference is so close that it is not clear which of the two options will be on top.

Maia Sandu

The EU referendum was held to coincide with the presidential elections, in which the president Maia Sandu has been the first option (41.98%) ahead of the pro-Russian Alexandr Stoianoglo (26.31%).

Both will have to face each other in the second round which will be held on November 3, since none of the candidates has obtained more than 50% of the necessary votes.

La mano negra del Kremlin

La jornada electoral escenificó la clara división en la antigua república soviética entre los que apoyan el ingreso en la UE –rumanoparlantes, juventud y diáspora– y aquellos que se oponen a la ruptura con Rusia, que incluye a los rusoparlantes, los nostálgicos y los más adultos.

Sandu subrayó en su intervención postelectoral que “hoy, al igual que los últimos meses, la libertad y la democracia en Moldavia han sido objeto de de ataque sin parangón”, según informó el portal moldavo Newsmaker.

“Grupos criminales, asociados con fuerzas extranjeras, atacaron nuestro país con mentiras y propaganda (…) No dejaremos de defender la libertad y la democracia. Esperaremos los resultados definitivos y volveremos con soluciones”, añadió.

La presidenta se refería sin citarlos al Kremlin y al prófugo oligarca Ilon Shor, al que la Fiscalía moldava acusó en vísperas de la votación de crear desde Moscú un esquema fraudulento para la compra de unos 130.000 votos con 15 millones de dólares depositados en bancos rusos.

Según otras fuentes, Rusia habría dedicado 100 millones de dólares a boicotear el referéndum para incluir en el preámbulo de la Constitución la aspiración de los moldavos a integrarse en el bloque europeo.

Durante las últimas semanas tanto la UE como Estados Unidos denunciaron numerosos intentos por parte de Moscú de desestabilizar la situación en Moldavia con vistas al referéndum europeísta, por lo que aprobaron nuevos paquetes de sanciones contra Moscú y sus adláteres.

La guerra acalló la ilusión europeísta

Moldavia comparte frontera con Ucrania, por lo que la guerra ha tenido un gran impacto en la economía nacional ante la llegada de más de un millón de refugiados, de los que más de 120.000 siguen en el país, según informó ACNUR.

A la caída del nivel de vida contribuyó también, desde que Sandu llegara al poder en 2020, la pandemia y la guerra energética con Rusia, que disparó la inflación.

De poco sirvió que el Gobierno moldavo, que inició negociaciones de adhesión en diciembre de 2023, recibiera en vísperas de la votación un gran espaldarazo de Bruselas con un paquete de asistencia de 1.800 millones de euros para los próximos tres años.

Según la CEC, el electorado prorruso, incluido el de la autonomía de Gagauzia -más del 95% en contra-, se hizo oír mucho más que los votantes de la capital, Chisináu, y los emigrantes -más del 70% a favor-, más proclives a la entrada en el bloque europeo.

Boicot de los candidatos prorrusos

Aunque tanto Stoianoglo, exfiscal general, como el tercer candidato en discordia, Renato Usatii, proclamaron que no se oponían a la integración europea, finalmente boicotearon el referéndum, al igual que los comunistas moldavos.

Stoianoglo argumentó que no votó en la consulta popular “en señal de protesta” por la incapacidad de las autoridades de explicar las implicaciones jurídicas de la inclusión en el Preámbulo de la Constitución la aspiración de los moldavos a ingresar en la UE.

Sin mencionarlo, ambos apelaron al voto del miedo en alusión a que la entrada en la UE, que ha ayudado a Moldavia a reforzar sus Fuerzas Armadas ante la amenaza rusa, sea un primer paso para una futura adhesión a la OTAN.

El expresidente Igor Dodon, estrecho aliado del Kremlin cuyo partido apoyó a Stoianoglo, fue más allá y tachó abiertamente el referéndum de “ilegal” y “anticonstitucional”. 

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