El 5G todavía no se ha desplegado de manera generalizada alrededor del mundo y ya se está hablando de 6G, una generación de redes móviles que promete mayor velocidad de navegación y eficiencia energética. Algunos consideran que ese salto llegará cerca del 2030, pero al ritmo actual, pensar en esta evolución todavía parece ciencia ficción. De acuerdo con datos de Statista, a mediados del 2022 había alrededor de 70 países en todo el mundo que ya habían desplegado redes 5G frente a las 38 naciones que lo habían hecho en 2020 y se espera que supere los 1,000 millones de usuarios en breve, es decir, apenas tres años y medio de su llegada al mercado. Al 4G le tomó cuatro años alcanzar este hito, mientras que el 3G requirió de 12 años. Y si bien las cifras son esperanzadoras para 5G, se debe resaltar que la cobertura se da en las principales ciudades de los países, algo que genera desigualdad entre la población. Por ello, no se puede dar el salto de 4G a 6G.
Joaquín Saldaña, director de estrategia y marketing de Huawei Latinoamérica, resaltó en un encuentro con medios en MWC 2023 que ahora ya hay conversaciones sobre 6G y si bien “vamos a llegar ahí en unos seis años, un país no se puede apagar durante este periodo, porque cuando encienda una red 6G el mundo va a ser diferente”. El especialista destacó que se trata de una transición por la que todos los países están cruzando y aunque puede avanzar de formas diferenciadas, todas las naciones deben hacerlo, pues se vieron impactadas por una economía digital en desarrollo sin excepción. Al respecto, Bob Chen, vicepresidente de Huawei Enterprise, puntualizó que la tecnología está teniendo más valor a nivel económico, pues está impactando con mayor fuerza en sectores, como la cultura, las finanzas, la educación e incluso el medio ambiente.
Las redes móviles también deben ser verdes Aunque una de las promesas más atractivas del 6G para la salud del planeta es que tendrá una mayor eficiencia energética, la evolución del 5G también está apostando por este compromiso y desde Huawei señalan que el siguiente paso en esta dirección es hacia un 5.5G.“Sabemos que tenemos que dar más velocidad, mover más datos, pero también reducir la huella de carbono”, dijo Saldaña. Por ello, la empresa estableció una metodología para detectar cuánto carbón se genera en el funcionamiento de sus sistemas de conexión. El segundo paso es establecer planes para convertir ciertas partes de los procesos en entornos más sustentables para generar una operación más verde. El especialista explicó que dentro de este proceso se genera una evaluación constante, además de ejecutar simulaciones a partir del uso de gemelos digitales para que cuando los procesos se lleven a la práctica sean más funcionales y no deban repetir el proceso, algo que también reduce costos. Respecto al uso de herramientas de Inteligencia Artificial, Saldaña también compartió que es un elemento importante la eficiencia de los productos del consumidor final, como los módem, un elemento en donde también se puede innovar. Y es que si bien estos se mantienen encendidos a todas horas, a través de esta tecnología pueden optimizar su consumo energético con base en la cantidad de datos que deben procesar. Por ejemplo, si los miembros de una familia no hacen uso de la red durante un periodo, el gasto de energía bajará, algo que permite ahorrar hasta 20% de electricidad.
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